jueves, 29 de mayo de 2008

Peces de ciudad

















" Peces de ciudad " es el título de este trabajo con el que Plácido L. Rodriguez nos situa frente a una realidad psicológica y social que hace vibrar las cuerdas de la sensibilidad de este fotógrafo.

El soporte simbólico que servirá para transmitir la visión de la gran ciudad será para el autor la fotografía en primer plano de rostros cuya preponderancia se marca en la mirada al espectador, y cuyo fondo de la imagen lo formará un plano de ambiente.

Estos rostros son llevados al espectador no como mero objeto de naturaleza independiente, sino como sensación, como experiencia propia, como producto de la relación establecida entre sujeto-objeto, en este caso entre fotógrafo-modelo.

Los cánones estéticos que el autor utiliza en su lenguaje son los del realismo. Y puesto que la esencia del realismo es el reconocimiento de una realidad objetiva, pero siempre vista a través de la interacción del objeto tangible con el hombre que comprende, estas imágenes realistas de Plácido son la dialéctica establecida entre una actitud de comprensión social, de acercamiento al individuo, y de la estética del color y de la composición, utilizando como nexo entre sentimiento y plástica la mirada de los retratados.

Sin embargo, tras el evidente realismo se esconde la visión de un romántico.Porque romanticismo es, en la medida que supone una cierta rebelión a las formas burguesas, el descubrimiento de lo grotesco, la elección de figuras de la periferia social, una actitud contraria a la satisfacción del estado del bienestar.

Siempre ante las imágenes de Plácido L. Rodriguez nos encontramos ante un paisaje interior del que la fotografía hará su teatro una vez que lo habite.

Ciudad sin nombre, ciudad universal, ciudad de una gran densidad poblada de miradas que rechazan el eterno sueño del hombre de ser invisible: los personajes se hacen vivos a través de la mirada, miran al fotógrafo, y a través de él nos miran a nosotros, nos ven, le ven.

Y para que el resultado sea natural, se recurre al artificio: el cálculo y la geometría que se esconde tras las masas de color que forman los telones de los fondos son la necesidad de algo no individual, un camino para alcanzar lo universal.

Fotografía lenta, calma, de un fotógrafo dotado para establecer relaciones personales con los lugares que habita y con los tipos que los pueblan.


Mª Dolores Vivar. 1996

Lcda. en Historia del Arte






























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