lunes, 2 de junio de 2008

Verín: foco de contrastes.















LA BÚSQUEDA






" Verín, foco de contrastes " es un conjunto de imágenes con las que el fotógrafo Plácido L. Rodriguez ha querido acercarnos, de manera especial, a un lugar determinado y determinante de su Galicia natal. Un lugar en que lo mismo convive una hermosa vista de un árbol con cajones detrás o una espiral de piedra misteriosa. Imágenes sorprendentes que quieren encontrarse como la monja y el hombre y la piscina.





Son paisajes sin clarificar donde la estética está muchas veces superando al contenido. Por eso, yo creo que tuvo que haber sido el suyo un trabajo muy hermoso: el trabajo de descubrir luces y formas hasta encontrarse con la fotografía bien hacha.




Alberto Schommer. 2000




Fotógrafo y académico de Bellas Artes.












VERÍN COMO OBJETIVO ( fotográfico )




Cuando cae la noche, el turista o viajero que circula por la autovía de las Rías Baixas, en dirección a Vigo, descubrirá sorprendido, a su paso por Verín, el mágico resplandor de un castillo de otros tiempos. Un castillo que, si la noche acompaña, realza su enigmática figura con la inquietante luz de una luna llena. Es la grandeza de Monterrey, con sus regias torres, el motivo de seducción de una cámara furtiva que acecha a sus pies la esbelta imagen de sus extraños encantamientos.




Plácido L. Rodriguez, que es un duende de este valle en el que transcurrió su infancia, ha escrito con ángulos de luz el cuento de una villa que, al contrario que Vetusta, ha dejado de dormir la siesta.




El resultado son estas imágenes de Verín, retenidas en su retina de papel satinado, como reflejo de una mirada que ha sabido detener el tiempo de un espacio en un espacio de tiempo; el misterio de un detalle cotidiano a la sombra de su propia belleza. He aquí un fotógrafo de la esencia y de la existencia; un fotógrafo que recupera para la imagen la intrahistoria geográfica y humana de la vida de un pueblo.




La gran mayoría de las fotografías incluidas en esta muestra pertenecen a la colección permanente de la llamada " Casa del Escudo" de la villa. Un centro cultural, rehabilitado arquitectónicamente por la feliz iniciativa de la corporación municipal que preside Juan Manuel Jiménez Morán, y que reconoce a Verín como objetivo fotográfico.




En todo caso, Verín ya tiene en Plácido a un fotógrafo importante. Y es que Verín también es importante para este fotógrafo. Tan importante como lo fuera para Taboada Chivite o Ramón Otero Pedrayo, quien, siendo profesor de Instituto en Ourense, le preguntó a un alumno suyo que, no sólo no sabía absolutamente nada de Geografía, sino que también ignoraba que el río Támega pasaba por su pueblo:




- ¿ De dónde es usted ?









- De Verín





- Entonces, dígame: ¿ que río pasa por Verín ?




Ante el silencio del estudiante, don Ramón le apuntó con su característica bondad y generosidad ilimitada:




- El Ta... el Ta...




El estudiante que no lo pensó ni un segundo, respondió:




- El Támesis...




Entonces don Ramón Otero Pedrayo sonrió y dijo:




- Tiene razón, Verín nada tiene que envidiarle a Londres...




Paco López Barxas. 2000




Escritor y periodista















PLÁCIDO L. RODRÍGUEZ y su visión de Galicia







Los que no somos gallegos pero que, por amor a Galicia, estamos siempre buscando esa tierra a través no solo de los viajes a la misma sino en su literatura, sus fotografías y cualquier otro medio de expresión que nos acerca a ella, sabemos que hay un predominio de narración de esa parte mítica, de leyenda, de antropología profunda, que sin duda nos subyuga, atrae y enraíza hasta el alma con la cultura gallega.




No obstante, todos sabemos que el ver cualquier realidad a través de un único prisma, corre el peligro de que tomemos la parte por el todo, y hagamos que una visión unilateral se convierta en manido tópico de lo global y ricamente multifacético.




Galicia es rica culturalmente hablando, en su pasado y en su presente, y el fotógrafo, del que podemos admirar ahora su obra, nos ofrece otra óptica alejada de la anterior, que viene a complementar la misma enriqueciendo el mosaico de su realidad.




Plácido ha realizado un trabajo que lo sitúa en un movimiento muy de nuestro tiempo: ser fotógrafo de la experiencia. Plácido nos invita a compartir con él esa visión que, no por cotidiana, somos capaces de interiorizar en nuestro día a día, a no ser que alguien nos la ponga delante.




Plácido eligiendo perfectamente el lenguaje fotográfico apropiado, en este caso el color, y seleccionando temas del entorno que nos rodea, ha conseguido darnos una visión personal del presente de Verín. Y ha sido ecléctico, flexible y rico en sus planteamientos, procurando no dejar nada fuera porque todo forma parte de esa realidad en la que vivimos inmersos: una fachada comercial, una bella arquitectura urbana, un paisaje natural, una máscara de carnaval, un ambiente de interior. Y todo ello con el valor añadido de la visión personal del autor, que ha sabido hacer un planteamiento plástico y subjetivo, en el que la elección de un encuadre determinado, la utilización de las luces o la combinación de colores, hacen de sus fotografías algo realista y al mismo tiempo bello.




Será difícil para el espectador que contemple esta exposición, pasear después por Verín sin asociar lo que vea a estas imágenes que tiene delante; y quizá, lo que tenga que agradecerle a Plácido sea el reparar por primera vez en detalles de este entorno, en los que antes no se había fijado. Y este es precisamente el mérito de los fotógrafos de la experiencia: que, al transmitirnos la suya, amplían enriquecedoramente la visión de la nuestra.




Mª Teresa G. Barranco. 2000




Presidenta de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid.





1 comentario:

Clara Martin dijo...

Las nubes oscuras y las tormentas encierran lluvia fecunda y después, a veces, muchas veces, sale un sol ligerito...el sol de las gallinas, no? aprovecha los nubarrones y disfruta del sol.